¿Por qué existimos?
La idea de Grizzly vio la luz en 2001, cuando nuestro fundador se dio cuenta de la enorme cantidad de salmón salvaje de Alaska que se desperdiciaba durante el proceso de fileteado para el consumo humano. Estas partes de las piezas, sumamente aprovechables, estaban repletas de nutritivos aceites que, por desgracia, se acababan arrojando de nuevo al océano.
Calidad humana
Decididos a aprovechar por completo nuestro pescado, desde la boca a la cola, nos adherimos a distintas asociaciones e instalamos nuestra primera tienda justo en frente de las fábricas de salmón procesado de Alaska. El aceite de salmón Grizzly se extrae de estos subproductos descartados del consumo humano, lo que nos permite obtener la máxima cantidad de aceites de alta calidad y limitar los residuos.